Caracas.- En Venezuela y en América Latina festejar el día de los enamorados es muy común, en el calendario está marcado como un evento de importante envergadura y para jóvenes y adultos festejarlo es tarea obligatoria.

Le atribuyen el 14 de febrero, día de San Valentín a los enamorados, la razón es porque este Santo celebraba en secreto matrimonios, ya que en Roma prohibían las parejas afirmando que “los solteros sin familia son mejores soldados, ya que no tienen ataduras.”

Sin embargo, la verdadera historia fue olvidada por muchos y este día se convirtió en el más relevante para el comercio, así como sucede en Navidad, a San Valentín, le restan protagonismo y lo cambian por globos, flores, peluches y otros objetos con los que amigos y enamorados buscan demostrar su afecto.

Esa acción no está mal, es necesario acompañar al amor con detalles que lo engalanen, lo que sí está mal, o digamos; lo que sí es triste es dejar que el comercio tome ventaja en las fiestas meramente cristianas.

Mantenernos formados e informar es misión esencial de cada católico, por eso hoy queremos clarificar detalles al respecto de este día.

San Valentín

El origen de esta fiesta proviene de una hermosa e increíble historia que data de  la época del Imperio Romano; señalando como protagonista a Valentín de Terni, un sacerdote católico. La celebración  es de origen anglosajón y comenzó a cobrar notoriedad a partir del siglo XIV,  tomando como nombre de Día de los Enamorados o Día del Amor y la Amistad.

San Valentín nació en Interamna Terni, unos 100km al norte de Roma, cerca del año 175. Fue ordenado por San Felicio de Foligno y consagrado obispo de Interamna por el Papa Víctor I c. 197. Famoso por su  evangelización, milagros y curaciones, este sacerdote  ejerció en Roma durante el siglo III bajo el gobierno del Emperador Claudio II quien prohibía la celebración de matrimonios entre los jóvenes. El gobernante decía que: “Los solteros sin familia son mejores soldados, ya que no tienen ataduras.”

Valentín consideró que el decreto era injusto y desafió al emperador celebrando  en secreto matrimonios para jóvenes enamorados. El emperador Claudio se enteró y como el sacerdote gozaba de un gran prestigio en Roma, lo llamó al Palacio. Valentín aprovechó la ocasión para hacer proselitismo del cristianismo y aunque en un principio Claudio II mostró interés, el Gobernador de Roma llamado Calpurnio lo persuadió y el emperador optó por su encarcelación. Ocurrió que el oficial Asterius, encargado de encarcelarle lo quiso ridiculizar y lo puso a prueba. “Te reto a que devuelvas la vista a mi hija Julia que nació ciega”. Valentín aceptó e impuso sus manos sobre los ojos de la joven. ”En el nombre del Señor y de su infinito amor, te devuelvo la vista”. En el nombre de Jesús, se obró el milagro.

Este hecho convulsionó a Asterius y su familia, quienes se convirtieron al cristianismo. Valentín siguió preso, no pudieron liberar al sacerdote pues el débil emperador lo mandó a arrestar por temor a un levantamiento de los paganos y del ejército romano. De todas formas fue torturado y decapitado el 14 de febrero del año 270. Lo mataron de noche y en secreto para evitar la reacción del pueblo de Terni donde era muy amado. Como agradecimiento, Julia plantó un almendro de flores rosadas junto a su tumba y partir de entonces el almendro ha pasado a ser símbolo de amor y amistad duraderos.

En el año 496 DC el Papa Gelasio escogió la fecha del 14 de febrero para honrar a  Valentín. Sus restos mortales se conservan en la Basílica de su mismo nombre, que está situada en la ciudad italiana de Terni (Italia). Cada 14 de febrero  dicho templo celebra  una hermosa ceremonia donde las parejas presentes realizan un acto de compromiso un año antes de contraer matrimonio.

¿San Valentín es Cupido?

La respuesta es un rotundo ¡NO!  El día de los Enamorados, del Amor y la Amistad es una celebración propia del Occidente, la cual se celebra tal día como hoy, en la mitología romana “Cupido”, es el hijo de Venus y su equivalente griego sería Eros, hijo de Afrodita. En la antigua Roma se mantenía la religión politeísta, es decir adoraban a múltiples dioses. Cupido constituía así un Dios pagano que representaba el amor irreflexivo de la atracción y por ello que su imagen suele ser representada como un niño.

Muchas leyendas se entretejen sobre este personaje, algunas lo consideraban un Dios caprichoso, que se entretenía apuntando a hombres y mujeres con sus flechas, para satisfacer sus perversas necesidades de diversión y le gustaba controlar a las personas dominando sus pasiones e instintos básicos e incluso los sexuales.

Por lo que “cupido” no es un santo, un ángel o nada que tenga que ver con la fe católica.

¿Cupido y San Valentín cuándo y cómo se relacionan?

No existen datos concretos de cómo esta fiesta pagana se asocia al día de San Valentín, pero para el año 1840, en Estados Unidos, Esther A. Howland, comienza a diseñar y comercializar las primeras tarjetas postales de San Valentín, en las mismas los corazones o la figura de Cupido se alternaban.

Esta joven emprendedora, fue muy visionaria, para la venta de sus productos armó un equipo de mujeres jóvenes, generalmente muy hermosas, lo cual le aportaba mayor reconocimiento y popularidad. E incluso logró desarrollar una línea de ensamblaje, hasta alcanzar un fructífero negocio en una empresa de 100,000 dólares al año. Este fue el comienzo de la comercialización en el mundo del Día de los Enamorados.

El 14 de febrero, comenzó a celebrarse en otros países con ese nombre, aunque fue en Latinoamérica que comienza a reconocerse como el Día del Amor y la Amistad; por aquello en parte de que no sólo es amor el que se comparte entre las parejas, sino el que ofrecemos a nuestros amigos, conocidos o compañeros de trabajo.

El Sacramento del Matrimonio

El ejemplo de San Valentín era orientado únicamente a la consumación del matrimonio entre personas que se aman, este Santo  fue encarcelado por defender el matrimonio, consideraba que la unión entre personas que se amaban es propicia y justa.

Al respecto el Catecismo de la Iglesia dice que  «La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio de toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole, fue elevada por Cristo Nuestro Señor a la dignidad de sacramento entre bautizados» (CIC, can. 1055,1).

Además, forma parte en el orden de la creación «La íntima comunidad de vida y amor conyugal, fundada por el Creador y provista de leyes propias, se establece sobre la alianza del matrimonio… un vínculo sagrado… no depende del arbitrio humano. El mismo Dios es el autor del matrimonio» (GS 48,1).

¿Cuántos de nosotros estamos dispuestos a ver nuestro matrimonio como una vocación, como una oportunidad de poner ese llamado al servicio del Señor?  San Valentín antepuso su misión a su vida y la ofreció por la validación del sacramento del amor. Hagamos un alto este día para elevar una oración por nuestros matrimonios y pidamos a Dios por el renacer de este sacramento en el mundo.

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