I Asamblea de Pueblos Originarios con misioneros
«Fortalecer el diálogo intercultural con el objetivo de caminar juntos hacia el ‘monifue’ (Buen Vivir) y construir una Iglesia más cercana a la realidad de los pueblos indígenas». Es lo que se han propuesto los representantes de los pueblos nativos de la Amazonia peruana, reunidos junto a los Misioneros de la Consolata (IMC) en la I Asamblea de Pueblos Originarios. Es un «desafío», dicen los IMC, dirigido a las Iglesias locales que deberán reflexionar diaria y concretamente sobre cómo caminar junto a estos pueblos en el aquí y ahora.
Según una nota de los Misioneros de la Consolata, representantes de seis misiones del Vicariato Apostólico de San José del Amazonas que conviven directamente con pueblos indígenas, junto con parte del personal administrativo, se han reunido en el pueblo de Angoteros para compartir preocupaciones y experiencias comunes sobre cómo dar pasos concretos hacia una opción preferencial por los pueblos indígenas.
«Somos conscientes de que esto exige una conversión en las formas, en los métodos, en los tiempos, en la lengua y en la espiritualidad», han señalado. Se ha consolidado de este modo la propuesta de celebrar una primera Asamblea de Pueblos Indígenas con misioneros que libremente quisieran formar parte de este proceso: sentir, aprender, caminar con ellos, juntos en la construcción de esa plenitud de vida que en nuestro caso se basa en la gratuidad y la interculturalidad». El objetivo ha sido ofrecer un espacio de diálogo entre culturas que les permita conocerse, valorarse, caminar juntos y sembrar la palabra de vida desde su sabiduría.
En la Amazonia peruana viven 51 pueblos indígenas, nueve de los cuales se encuentran en el Vicariato San José del Amazonas; una Iglesia particular que ha caminado y navegado junto a los pueblos indígenas a lo largo de los años.
«En la lengua de los pueblos indígenas el concepto ‘monifue’ significa abundancia y esta primera asamblea representa precisamente eso: la cosecha de esta gran chagra (campo) sembrada en la diversidad que en ningún momento ha representado una amenaza sino una promesa. Ha sido significativo ver a los Kichwa de Ecuador con los de Perú; a los Murui de Colombia con los Murui-Uitoto de Perú», dice el P. José Fernando Flórez Arias, IMC, misionero en el Vicariato de San José del Amazonas. «Los Estados nacionales quisieron dividir, pero no pudieron quebrar la espiritualidad de un mismo pueblo. Y esto es también un apelo a las Iglesias llamadas a caminar juntas, encontrarse y reconocerse. En la Amazonia no se trata de estar, sino de saber estar. El territorio necesita misioneros alegres, abiertos a la escucha, a la palabra, al misterio».
El Sínodo para la Amazonia, celebrado en octubre de 2019, propuso nuevas modalidades en las relaciones de la Iglesia Católica con el territorio, las culturas y la vida ancestral. Por lo tanto, es necesario caminar con los criterios del Papa Francisco que, en Puerto Maldonado, dijo a los pueblos indígenas «ayuden a sus misioneros a hacerse uno con ustedes»
Fuente: Agencia Fides