Otros tres sacerdotes fueron detenidos para ser investigados por las autoridades del gobierno, mientras se decretó el bloqueo de cuentas bancarias de diversas diócesis bajo acusaciones de lavado de dinero. También una capilla fue profanada, a lo que los fieles respondieron: “Nuestra fe sigue siempre en Jesucristo”.
Nuevas detenciones de sacerdotes y medidas administrativas contra la Iglesia en Nicaragua se conocieron en las últimas horas a través de medios de comunicación locales, que además dan cuenta del perjuicio que causan a la tarea evangelizadora de las instituciones eclesiales.
Las informaciones fueron confirmadas por un boletín de prensa de la Policía Nacional que explica que las cuentas bancarias de diversas diócesis fueron bloqueadas tras descubrirse en sus actividades «ilícitos que todavía están siendo investigados como parte de una red de lavado de dinero que se ha descubierto». El comunicado oficial añade que los movimientos de fondos de las diócesis en cuestión, que no fueron identificadas, se derivan de actos de Traición a la Patria.
En las últimas horas también se conoció el encarcelamiento de tres sacerdotes. El más reciente, según otro comunicado de la Policía Nacional de Nicaragua, corresponde al sacerdote Jaime Montesinos, investigado “por cometer actos que menoscaban la independencia, la soberanía, y la autodeterminación de la nación”.
De igual manera la Diócesis de Estelí confirmó a través de un comunicado que los sacerdotes Pastor Rodríguez y Leonardo Gutiérrez fueron requeridos por la Policía Nacional, y se encuentran bajo detención domiciliaria en una casa de formación de la Iglesia en Managua, “mientras trascurre un tiempo de investigación sobre asuntos administrativos de la extinta Cáritas Diocesana de Estelí”.
El Secretario del Episcopado de América Central, monseñor José Antonio Canales –Obispo de Danlí (Honduras)-, en declaraciones a la prensa manifiesta que las situaciones en Nicaragua son “fenómenos inéditos de relación con la Iglesia, los atropellos porque se opone a sus proyectos totalitarios, a sus proyectos de humillar a todo un pueblo, a todo un país. Han cancelado a miles de ONG, la última la Cruz Roja, universidades, y con la Iglesia no hallan qué hacer y por eso están dando este tipo de manotazos, este tipo de actuaciones hostiles que no son nuevas”.
Otra consecuencia de la inseguridad del país y a la persecución religiosa, fue la profanación de la Capilla Nuestra Señora de Fátima de la Parroquia Santa Ana en la localidad de Nindirí, acaecida el 24 de mayo. “La acción sacrílega –dice un comunicado- consistió en forzar la seguridad de la puerta y sustraer de la capilla el Sagrario, el cual fue forzado para robar el copón, ultrajando las especies consagradas, las cuales quedaron abandonadas en un predio cercano a la capilla”.
“Pueden profanar nuestros templos, quebrar nuestras imágenes, pero nuestra fe sigue siempre en Jesucristo que hizo el cielo y la tierra. Viva Jesús sacramentado”, publicó la parroquia en sus redes sociales.
El Obispo Rolando Álvarez sigue detenido en la cárcel La Modelo desde febrero, después del arresto domicilio al que fue sometido en agosto de 2022. Su condena es de veintiséis años. Las últimas imágenes difundidas del prelado fueron el pasado 25 de marzo, en un encuentro con su familia en la prisión.
Fuente: Vatican News