CAM6 finalizó con un impulso decidido a la misión ad gentes
El Mensaje Final del Congreso Americano Misionero (CAM6), que se desarrolló la semana pasada en Ponce, Puerto Rico, tuvo la valentía de poner sobre la mesa la falta de respuesta de América a la misión ad gentes. Los más de 1200 participantes del Congreso superaban al número de misioneros americanos ad gentes, como señaló un participante.
Venezuela en el CAM6
La segunda jornada del congreso contó Mons. Raúl Biord Castillo, arzobispo de Caracas, quien abrió los trabajos dirigiendo una mirada renovada sobre la misión y la sinodalidad con la ponencia La misión nace de la Trinidad: de la missio Dei a la missio eclessiae.
“La Trinidad ontológica es la fuente de la misión, por lo que podríamos hablar de una Trinidad en misión. Podemos pensar que la misión es el hilo conductor de todo el relato bíblico. Nuestro Dios es el Dios de la Misión”, señaló el prelado venezolano.
Afirmó también que la misión, antes de ser un desafío pastoral, es sobre todo un desafío teológico y espiritual. Invitando a “encontrar una comprensión adecuada y compartida de la misión, reflexionar sobre sus condiciones y consecuencias y a orar para que el Señor dé crecimiento a lo sembrado”.
Durante las sesiones de trabajo OMP Venezuela hizo la presentación del programa de Relevo Misionero, a cargo del Centro de Formación Misionera (CFM)
En este programa los participantes a lo largo de un año viven un proceso de discernimiento y preparación, dirigidos a su envío como misioneros ad gentes a las iglesias locales del país, para vivir por un tiempo determinado con comunidades necesitadas de agentes de pastoral que compartan su fe, anuncien el evangelio y cooperen activamente en acciones solidarias con las poblaciones más vulnerables.
El legado pontificio
El domingo el Cardenal Baltazar Porras Cardozo, arzobispo emérito de Caracas, instó a los misioneros a volver a sus comunidades con el compromiso de transmitir lo aprendido durante el Congreso, recordando que el reinado de Jesús se funda en la pasión, el servicio y la humildad.
Alentó a vivir con coraje y determinación siguiendo las huellas de Cristo, preocuparse por el prójimo y a hacer de la misión evangelizadora una respuesta concreta a las necesidades de los demás, a transmitir el mensaje del Evangelio con esperanza, convertidos en “mejores misioneros del tesoro de la gracia recibido para darlo sin medida a quien lo necesite”.
Mensaje final de los delegados al CAM6
El Mensaje Final da gracias a Dios por la riqueza de estos días en torno a un lema que ha articulado el Congreso: “América, con la fuerza del Espíritu, testigos de Cristo”. También se dio las gracias por “la presencia de cientos de hermanos y hermanas de nuestro continente americano que se han dado cita aquí y de decenas de hermanos internacionales que nos acompañan en esta celebración de animación, formación y espiritualidad misionera”.
Una experiencia, el congreso, que “ha reunido a más de 1200 participantes de 42 países, para dejarnos impulsar con nuevo ardor a la misión ad gentes de la Iglesia, caminando juntos a la escucha del Espíritu, para ser testigos de la fe en Jesucristo en la realidad de nuestros pueblos hasta los confines de la Tierra”.
El Congreso puso de manifiesto la falta de respuesta a la misión ad gentes en las Iglesias de América: “Se ha ido confirmando en lo compartido en tantos grupos que la percepción del retardo de América en su respuesta ad gentes, es una consecuencia de una causa mayor: la resistencia. Hemos enviado misioneros más allá de nuestras Iglesias locales y eso lo hemos constatado con la riqueza de los testimonios compartidos en la mañana y en los conversatorios de la tarde. Pero este envío no ha sido en la proporción en la que tal vez se esperaba nuestra respuesta americana. Y esta toma de conciencia nos invita a pedir perdón a nuestros hermanos más pobres que aún esperan el anuncio del mensaje liberador del Evangelio en los confines de la Tierra”.
Los encuentros y diversas dinámicas y actividades llevadas a cabo durante el congreso han puesto encima de la mesa las varias causas que están detrás de esta resistencia. El Mensaje las concreta en cuatro: “una introversión eclesial que hace mirar especialmente hacia lo interno de las respectivas realidades: grupos, movimientos, parroquias, diócesis”, la primera. La segunda causa es la invisibilidad de los misioneros y misioneras ad gentes que ya existen de cara a sus iglesias locales y parroquiales. También está, como tercera causa, “la falta de formación misionológica en nuestras Iglesias”, y, por último, la falta “de infraestructura económica y de recursos humanos que apoye a la dimensión misionera”.
Ante esto se quiere responder con cuatro ejes: el promover “la constante salida, como ha pedido el papa Francisco, más allá de nuestra propia pobreza”; conocer y mantener una estrecha relación con los misioneros; dar a conocer los centros formativos misionológicos, porque, en cada Iglesia local, se debe insistir en proveer una formación actualizada y permanente de la misión a todo el cuerpo eclesial; y, finalmente, la cooperación a la misión no puede reducirse a una sola jornada anual, debe nutrirse de distintas iniciativas para un apoyo concreto mayor. Esto último no puede hacerse realidad sin “una participación más activa laical y familiar en la organización misionera y, sobre todo, reconocer el espacio vital de los jóvenes en esta realidad”.
Todo ello basado en un verdadero encuentro con Jesús, conscientes de que “Cristo es el camino propuesto por el Padre para la plenitud de toda experiencia religiosa y espiritual, su anuncio no es ‘invasión’ ni colonialismo, sino luz y vida para las inquietudes más profundas”. La misión “nos hace, nos configura”, señala el Mensaje Final de este Congreso y, por lo mismo, “estamos llamados a una conversión integral misionera”, porque “la Iglesia existe porque existe la misión”. La misión “no es una opción entre otras, sino la opción primera y fontal”, por eso el Mensaje llama a hacer realidad la “misión ad gentes”: “¡América, con la fuerza del Espíritu, testigos de Cristo!”.
Fuentes: OMPRESS, FIDES y ADN Celam