P. Juan Manuel
El Pbro. Juan Barreiro es oriundo de Málaga, España. Hace vida misionera desde el año 1990 en Morichalito, Arquidiócesis de Ciudad Bolívar, Venezuela, como sacerdote Fidei domun gracias a un convenio entre diócesis
Soy Juan Manuel Barreiro López, sacerdote secular, formado en el seminario de Málaga, en el sur de España y con un encargo canónico que se llama “Fidei Donum” en Venezuela. Llegué a Venezuela, me envió el obispo que me ordenó también sacerdote, en el año 1990. Llegué con treinta y dos años y ya me han caído por vez primera los sesenta y cinco años. Son ya pues una experiencia ancho-dilatada de casi treinta y tres años en Venezuela, particularmente ubicada en el estado Bolívar y la arquidiócesis de Ciudad Bolívar y en el autónomo General Manuel Cedeño. Es un municipio amplio de cuarenta y cinco mil kilómetros cuadrados y es el municipio más al sur occidente del estado Bolívar y también en ese extremo último de la arquidiócesis de Ciudad Bolívar.
Yo sentí arder el corazón pues cuando sentí el llamado vocacional. No escuché toque de campanas ni nada, sino que fue pues como un impulso interior, que me abría a una nueva oportunidad que yo, pues, no tenía pensado en absoluto. Estaba buscando otras posibilidades y desde ahí pues con suavidad, pero con mucha insistencia, al final le hice caso a esa inspiración, a ese llamado interior. Iría al paso, al seminario. La formación en el seminario de Málaga, el contacto con sacerdotes a los que conocía de antemano y otros nuevos, pues fue labrando en mí, pues, esa posibilidad de un día pues también ejercer el ministerio, que la iglesia me confirió, pues no solamente dentro de los estrechos de la propia diócesis, sino pues a donde el Señor quisiera enviarme.
Y puse mis pies en camino como misionero, abierto a la oportunidad que Dios me brindaba. Y Dios no me defraudó. A través de personas concretas, primero aquí en la propia diócesis de Málaga donde estaba con la experiencia de estos sacerdotes que habían trabajado desde el año cincuenta y seis en Venezuela y la comunicación de su experiencia y el sentido que encontraban a su vida después con una persona para mí entrañable y al que le debo también una experiencia de Iglesia sin igual y que el seis del cual estoy seguro que el Señor se sirvió para tenerme aquí y experimentar la bondad de la misericordia de Dios que fue para mí el tan querido y recordado arzobispo monseñor Lozardo Merardo Romero.
Para mí son personas de las que Dios se valió. Después de experiencias con religiosas con los mismos seglares con los que comparto la fe desde el principio. Bueno, eso es. Y de ahí algo también especial de lo cual he estado siempre seguro. Ha sido una experiencia suave pero que nunca me ha faltado y es de de la Santísima Virgen María. Eso lo he podido vivir junto a mis feligreses. Actualmente pues desde el año mil novecientos noventa y seis pues estoy encargado y desde el año dos mil dos soy párroco, de una doble parroquia que lleva un doble nombre Mariano, la Virgen del Carmen, en la población de la urbana y la Virgen del Valle en la población de Morichalito, donde resido. Bueno, pues son todo esto, son experiencias que, bueno, han transformado mi vida han dado un carácter feliz y sin la cual pues yo pues no sería el que fue. Y siempre agradecido a Dios y a su madre María.