Camino a Mongolia con Francisco

Cardenal Marengo

 

Agencia Fides ha realizado una serie de trabajos especiales como preparación al próximo viaje del Papa Francisco a Mongolia entre el 31 de agosto y el 4 de septiembre.

Mongolia estableció relaciones diplomáticas con el Vaticano en 1992. Es el país sin salida al mar más grande del mundo, con una población de sólo 3,3 millones de habitantes. Según el censo nacional de 2020, el 52% de la nación es budista, el 41% se considera «no religioso», el 3,2% musulmán y el 1,3% cristiano. La próxima peregrinación del Santo Padre es el momento culminante de décadas de encuentros entre budistas y cristianos.

Los cuatro articulos se han publicado acompañados cada uno por un video, incluyen una interesante  entrevista con Mons. Giorgio Marengo, misionero de la Consolata y Prefecto Apostólico de Ulán Bator creado Cardenal por el Papa Francisco en el Consistorio del 27 de agosto de 2022, así como testimonios de misioneros.

Mongolia, – explica el cardenal Giorgio Marengo, misionero de la Consolata y prefecto apostólico de Ulán Bator -, como “un país con una larga tradición de espiritualidad chamánica y budista, y también en parte islámica”, se privilegió “por esta gran riqueza” que inmediatamente llamó a las misioneras y misioneros católicos. Una pluralidad religiosa que los misioneros y misioneras han llegado a conocer, estudiar y valorar, en un diálogo que se ha ido profundizando con el tiempo y que se ha traducido también en una práctica de encuentros regulares cada vez más frecuentes con representantes de otras religiones. Desde hace dos años se celebran cada dos meses encuentros sobre la convivencia y el diálogo interreligioso. Y durante los encuentros “se exploran temas de interés común y también dificultades, la posibilidad de encontrar soluciones comunes”, y se promueven iniciativas compartidas, especialmente en el ámbito caritativo, señala el cardenal Marengo.

La experiencia de amistad y colaboración entre creyentes de diferentes comunidades de fe, lejos de cualquier abstracción, tiene implicaciones prácticas que afectan la convivencia nacional. Esta experiencia, – subraya el Prefecto Apostólico de Ulán Bator -, demuestra que “cada tradición religiosa genuina y auténtica contribuye a su manera al crecimiento de la sociedad”.

“Y las distintas tradiciones religiosas no son una amenaza en su diversidad, porque si logran armonizarse bien entre sí son un recurso para la sociedad y para el mismo Estado”. Como una “riqueza que ponemos en diálogo, en circulación entre nosotros”. Los encuentros que el Papa Francisco mantendrá con los líderes religiosos durante su próximo viaje a Mongolia podrán consolar y confirmar a los misioneros mongoles y a las comunidades católicas en su camino de fraternidad y cercanía con los creyentes de otras religiones.

“Sabemos que también amigos y representantes de otras tradiciones religiosas sienten un gran respeto y admiración por el Santo Padre”, asegura el cardenal Marengo en el reportaje.

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Fuente: Agencia Fides